El uso del chupete está recomendado por los expertos durante los primeros meses de vida, ya que ayuda al correcto desarrollo del paladar. Además, calma al bebe, le facilita conciliar el sueño y funciona como analgésico contra los dolores de la erupción dental.
Sin embargo a partir de los dos - tres años los niños no deberían usar el chupete de forma continua porque podría ser perjudicial para su boca. Puede provocar deformaciones del paladar y desplazamiento del maxilar superior (mordidas abiertas, resalte excesivo o mordidas cruzadas posteriores) lo que puede provocar problemas de respiración, masticación, pronunciación y también estéticos. Estas deformaciones óseas y dentales pueden resolverse por sí solas si se pone fin al uso del chupete, pero si no, el niño probablemente necesitará, un tratamiento de ortodoncia en el futuro.
Es algo que deberemos hacer gradualmente y sin prisa ya que cuando los niños están preparados las cosas son mucho menos traumáticas, pero deberíamos hacerlo entre los 2 y los 3 años. Podemos buscar soluciones como darle el chupete a Papá Noel o los Reyes Magos, hacerle una fiesta de despedida…
En niños que se chupan el dedo las consecuencias son más graves. Lo más común son la mordida abierta, la malformación del paladar, cambios en la orientación de la arcada, desarrollo maxilar deficiente y alteraciones en la dicción como el ceceo